Día 41

Éxodo 28:1-43

Las vestiduras sacerdotales

1 »Haz que comparezcan ante ti tu hermano Aarón y sus hijos Nadab, Abiú, Eleazar e Itamar. De entre todos los israelitas, ellos me servirán como sacerdotes.

2 Hazle a tu hermano Aarón vestiduras sagradas que le confieran honra y dignidad.

3 Habla con todos los expertos a quienes he dado habilidades especiales, para que hagan las vestiduras de Aarón, y así lo consagre yo como mi sacerdote.

4 »Las vestiduras que le harás son las siguientes: un pectoral, un efod, un manto, una túnica bordada, un turbante y una faja. Estas vestiduras sagradas se harán para tu hermano Aarón y para sus hijos, a fin de que me sirvan como sacerdotes.

5 Al efecto se usará oro, púrpura, carmesí, escarlata y lino.

 

El efod

6 »El efod se bordará artísticamente con oro, púrpura, carmesí, escarlata y lino fino.

7 En sus dos extremos tendrá hombreras con cintas, para que pueda sujetarse.

8 El cinturón bordado con el que se sujeta el efod deberá ser del mismo material, es decir, de oro, púrpura, carmesí, escarlata y lino fino, y formará con el efod una sola pieza.

9 »Toma dos piedras de ónice, y graba en ellas los nombres de los doce hijos de Israel

10 por orden de nacimiento, seis nombres en una piedra, y seis en la otra.

11 Un joyero grabará los nombres en las dos piedras, como los orfebres graban sellos: engarzará las piedras en filigrana de oro

12 y las sujetará a las hombreras del efod. Así Aarón llevará en sus hombros los nombres de los hijos de Israel, para recordarlos ante el Señor.

13 Haz también engastes en filigrana de oro,

14 y dos cadenillas de oro puro, a manera de cordón, para fijar las cadenillas en los engastes.

 

El pectoral

15 »El pectoral para impartir justicia lo bordarás artísticamente con oro, púrpura, carmesí, escarlata y lino fino, como hiciste con el efod.

16 Será doble y cuadrado, de veinte centímetros[1] de largo por veinte de ancho.

17 Engarzarás en él cuatro hileras de piedras preciosas. En la primera pondrás un rubí, un crisólito y una esmeralda;

18 en la segunda, una turquesa, un zafiro y un jade;

19 en la tercera, un jacinto, un ágata y una amatista,

20 y en la cuarta, un topacio, un ónice y un jaspe.[2]Engárzalas en filigrana de oro.

21 Deben ser doce piedras, una por cada uno de los doce hijos de Israel. Cada una de las piedras llevará grabada como un sello el nombre de una de las doce tribus.

22 »Haz unas cadenillas de oro puro, en forma de cordón, para el pectoral.

23 Ponle al pectoral dos anillos de oro, y sujétalos a sus dos extremos.

24 Sujeta las dos cadenillas de oro a los anillos del pectoral,

25 y une los extremos de las cadenillas a los dos engastes, para fijarlos por la parte delantera a las hombreras del efod.

26 »Haz otros dos anillos de oro, y fíjalos en los extremos del pectoral, en su borde interno cercano al efod.

27 Haz dos anillos más, también de oro, para fijarlos por el frente del efod, pero por debajo de las hombreras, cerca de la costura que va justamente arriba del cinturón.

28 Los anillos del pectoral deberán sujetarse a los anillos del efod con un cordón azul, trabándolo con el cinturón para que el pectoral y el efod queden unidos.

29 De este modo, siempre que Aarón entre en el Lugar Santo llevará sobre su corazón, en el pectoral para impartir justicia, los nombres de los hijos de Israel para recordarlos siempre ante el Señor.

30 Sobre el pectoral para impartir justicia pondrás el urim y el tumim. De esta manera, siempre que Aarón se presente ante el Señor, llevará en el pecho la causa de los israelitas.

 

Otras vestiduras sacerdotales

31 »Haz de púrpura todo el manto del efod,

32 con una abertura en el centro para meter la cabeza. Alrededor de la abertura le pondrás un refuerzo, como el que se pone a los chalecos,[3] para que no se desgarre.

33 En torno al borde inferior del manto pondrás granadas de púrpura, carmesí y escarlata, alternándolas con campanillas de oro.

34 Por todo el borde del manto pondrás primero una campanilla y luego una granada.

35 Aarón debe llevar puesto el manto mientras esté ejerciendo su ministerio, para que el tintineo de las campanillas se oiga todo el tiempo que él esté ante el Señor en el Lugar Santo, y así él no muera.

36 »Haz una placa de oro puro, y graba en ella, a manera de sello: Consagarado al Señor.

37 Sujétala al turbante con un cordón púrpura, de modo que quede fija a éste por la parte delantera.

38 Esta placa estará siempre sobre la frente de Aarón, para que el Señor acepte todas las ofrendas de los israelitas, ya que Aarón llevará sobre sí el pecado en que ellos incurran al dedicar sus ofrendas sagradas.

39 »La túnica y el turbante los harás de lino. El cinturón deberá estar recamado artísticamente.

40 A los hijos de Aarón les harás túnicas, cinturones y mitras, para conferirles honra y dignidad.

41 Una vez que hayas vestido a tu hermano Aarón y a sus hijos, los ungirás para conferirles autoridad[4] y consagrarlos como mis sacerdotes.

42 »Hazles también calzoncillos de lino que les cubran el cuerpo desde la cintura hasta el muslo.

43 Aarón y sus hijos deberán ponérselos siempre que entren en la Tienda de reunión, o cuando se acerquen al altar para ejercer su ministerio en el Lugar Santo, a fin de que no incurran en pecado y mueran. Ésta es una ley perpetua para Aarón y sus descendientes.

 

Mateo 25:31-26:16

Las ovejas y las cabras

25 31 »Cuando el Hijo del hombre venga en su gloria, con todos sus ángeles, se sentará en su trono glorioso.

32 Todas las naciones se reunirán delante de él, y él separará a unos de otros, como separa el pastor las ovejas de las cabras.

33 Pondrá las ovejas a su derecha, y las cabras a su izquierda.

34 »Entonces dirá el Rey a los que estén a su derecha: “Vengan ustedes, a quienes mi Padre ha bendecido; reciban su herencia, el reino preparado para ustedes desde la creación del mundo.

35 Porque tuve hambre, y ustedes me dieron de comer; tuve sed, y me dieron de beber; fui forastero, y me dieron alojamiento;

36 necesité ropa, y me vistieron; estuve enfermo, y me atendieron; estuve en la cárcel, y me visitaron.”

37 Y le contestarán los justos: “Señor, ¿cuándo te vimos hambriento y te alimentamos, o sediento y te dimos de beber?

38 ¿Cuándo te vimos como forastero y te dimos alojamiento, o necesitado de ropa y te vestimos?

39 ¿Cuándo te vimos enfermo o en la cárcel y te visitamos?”

40 El Rey les responderá: “Les aseguro que todo lo que hicieron por uno de mis hermanos, aun por el más pequeño, lo hicieron por mí.”

41 »Luego dirá a los que estén a su izquierda: “Apártense de mí, malditos, al fuego eterno preparado para el diablo y sus ángeles.

42 Porque tuve hambre, y ustedes no me dieron nada de comer; tuve sed, y no me dieron nada de beber;

43 fui forastero, y no me dieron alojamiento; necesité ropa, y no me vistieron; estuve enfermo y en la cárcel, y no me atendieron.”

44 Ellos también le contestarán: “Señor, ¿cuándo te vimos hambriento o sediento, o como forastero, o necesitado de ropa, o enfermo, o en la cárcel, y no te ayudamos?”

45 Él les responderá: “Les aseguro que todo lo que no hicieron por el más pequeño de mis hermanos, tampoco lo hicieron por mí.”

46 »Aquéllos irán al castigo eterno, y los justos a la vida eterna.

 

 

La conspiración contra Jesús

26 1 Después de exponer todas estas cosas, Jesús les dijo a sus discípulos:

2 «Como ya saben, faltan dos días para la Pascua, y el Hijo del hombre será entregado para que lo crucifiquen.»

3 Se reunieron entonces los jefes de los sacerdotes y los ancianos del pueblo en el palacio de Caifás, el sumo sacerdote,

4 y con artimañas buscaban cómo arrestar a Jesús para matarlo.

5 «Pero no durante la fiesta —decían—, no sea que se amotine el pueblo.»

 

Una mujer unge a Jesús en Betania

6 Estando Jesús en Betania, en casa de Simón llamado el Leproso,

7 se acercó una mujer con un frasco de alabastro lleno de un perfume muy caro, y lo derramó sobre la cabeza de Jesús mientras él estaba sentado a la mesa.

8 Al ver esto, los discípulos se indignaron. —¿Para qué este desperdicio? —dijeron—.

9 Podía haberse vendido este perfume por mucho dinero para darlo a los pobres.

10 Consciente de ello, Jesús les dijo: —¿Por qué molestan a esta mujer? Ella ha hecho una obra hermosa conmigo.

11 A los pobres siempre los tendrán con ustedes, pero a mí no me van a tener siempre.

12 Al derramar ella este perfume sobre mi cuerpo, lo hizo a fin de prepararme para la sepultura.

13 Les aseguro que en cualquier parte del mundo donde se predique este evangelio, se contará también, en memoria de esta mujer, lo que ella hizo.

 

Judas acuerda traicionar a Jesús

14 Uno de los doce, el que se llamaba Judas Iscariote, fue a ver a los jefes de los sacerdotes.

15 —¿Cuánto me dan, y yo les entrego a Jesús? —les propuso. Decidieron pagarle treinta monedas de plata.

16 Y desde entonces Judas buscaba una oportunidad para entregarlo.

 

Salmo 31:9-18

Tenme compasión, Señor, que estoy angustiado; el dolor está acabando con mis ojos, con mi alma, ¡con mi cuerpo!

10 La vida se me va en angustias, y los años en lamentos; la tristeza está acabando con mis fuerzas, y mis huesos se van debilitando.

11 Por causa de todos mis enemigos, soy el hazmerreír de mis vecinos; soy un espanto para mis amigos; de mí huyen los que me encuentran en la calle.

12 Me han olvidado, como si hubiera muerto; soy como una vasija hecha pedazos.

13 Son muchos a los que oigo cuchichear: «Hay terror por todas partes.» Se han confabulado contra mí, y traman quitarme la vida.

14 Pero yo, Señor, en ti confío, y digo: «Tú eres mi Dios.»

15 Mi vida entera está en tus manos; líbrame de mis enemigos y perseguidores.

16 Que irradie tu faz sobre tu siervo; por tu gran amor, sálvame.

17 Señor, no permitas que me avergüencen, porque a ti he clamado. Que sean avergonzados los malvados, y acallados en el sepulcro.

18 Que sean silenciados sus labios mentirosos, porque hablan contra los justos con orgullo, desdén e insolencia.

 

Proverbios 8:12-14

12 »Yo, la sabiduría, convivo con la prudencia y poseo conocimiento y discreción.

13 Quien teme al Señor aborrece lo malo; yo aborrezco el orgullo y la arrogancia, la mala conducta y el lenguaje perverso.

14 Míos son el consejo y el buen juicio; míos son el entendimiento y el poder.