Éxodo 34:1-35:19
Las nuevas tablas de piedra
34 1 El Señor le dijo a Moisés: «Labra dos tablas de piedra semejantes a las primeras que rompiste. Voy a escribir en ellas lo mismo que estaba escrito en las primeras.
2 Prepárate para subir mañana a la cumbre del monte Sinaí, y presentarte allí ante mí.
3 Nadie debe acompañarte, ni debe verse a nadie en ninguna parte del monte. Ni siquiera las ovejas y las vacas deben pastar frente al monte.»
4 Moisés labró dos tablas de piedra semejantes a las primeras, y muy de mañana subió con ellas al monte Sinaí, como se lo había ordenado el Señor.
5 El Señor descendió en la nube y se puso junto a Moisés. Luego le dio a conocer su nombre:
6 pasando delante de él, proclamó: —El Señor, el Señor, Dios clemente y compasivo, lento para la ira y grande en amor y fidelidad,
7 que mantiene su amor hasta mil generaciones después, y que perdona la iniquidad, la rebelión y el pecado; pero que no deja sin castigo al culpable, sino que castiga la maldad de los padres en los hijos y en los nietos, hasta la tercera y la cuarta generación.
8 En seguida Moisés se inclinó hasta el suelo, y oró al Señor
9 de la siguiente manera: —Señor, si realmente cuento con tu favor, ven y quédate entre nosotros. Reconozco que éste es un pueblo terco, pero perdona nuestra iniquidad y nuestro pecado, y adóptanos como tu herencia.
10 —Mira el pacto que hago contigo —respondió el Señor—. A la vista de todo tu pueblo haré maravillas que ante ninguna nación del mundo han sido realizadas. El pueblo en medio del cual vives verá las imponentes obras que yo, el Señor, haré por ti.
11 Por lo que a ti toca, cumple con lo que hoy te mando. Echaré de tu presencia a los amorreos, cananeos, hititas, ferezeos, heveos y jebuseos.
12 Ten mucho cuidado de no hacer ningún pacto con los habitantes de la tierra que vas a ocupar, pues de lo contrario serán para ti una trampa.
13 Derriba sus altares, y haz pedazos sus piedras sagradas y sus imágenes de la diosa Aserá.
14 No adores a otros dioses, porque el Señor es muy celoso. Su nombre es Dios celoso.
15 »No hagas ningún pacto con los habitantes de esta tierra, porque se prostituyen por ir tras sus dioses, y cuando les ofrezcan sacrificios a esos dioses, te invitarán a participar de ellos.
16 Y si casas a tu hijo con una de sus mujeres, cuando ella se prostituya por ir tras sus dioses, inducirá a tu hijo a hacer lo mismo.
17 »No te hagas ídolos de metal fundido.
18 »Celebra la fiesta de los Panes sin levadura, y come de ese pan durante siete días, como te lo he ordenado. Celebra esa fiesta en el mes de aviv, que es la fecha señalada, pues en ese mes saliste de Egipto.
19 »Todo hijo primogénito me pertenece, incluyendo las primeras crías de tus vacas y de tus ovejas.
20 Deberás rescatar a todos tus primogénitos. Al asno primogénito podrás rescatarlo a cambio de un cordero; pero si no lo rescatas, tendrás que romperle el cuello. »Nadie se presentará ante mí con las manos vacías.
21 »Trabaja durante seis días, pero descansa el séptimo. Ese día deberás descansar, incluso en el tiempo de arar y cosechar.
22 »Celebra con las primicias la fiesta de las Semanas, y también la fiesta de la cosecha de fin de año.[1]
23 »Todos tus varones deberán presentarse ante mí, su Señor y Dios, el Dios de Israel, tres veces al año.
24 Entonces yo echaré de tu presencia a las naciones, ensancharé tu territorio y nadie codiciará tu tierra.
25 »Cuando me ofrezcas un animal, no mezcles con levadura su sangre. »Del animal que se ofrece en la fiesta de la Pascua no debe quedar nada para el día siguiente.
26 »Lleva tus mejores primicias a la casa del Señor tu Dios. »No cuezas ningún cabrito en la leche de su madre.
27 El Señor le dijo a Moisés: —Pon estas palabras por escrito, pues en ellas se basa el pacto que ahora hago contigo y con Israel.
28 Y Moisés se quedó en el monte, con el Señor, cuarenta días y cuarenta noches, sin comer ni beber nada. Allí, en las tablas, escribió los términos del pacto, es decir, los diez mandamientos.
El rostro radiante de Moisés
29 Cuando Moisés descendió del monte Sinaí, traía en sus manos las dos tablas de la ley. Pero no sabía que, por haberle hablado el Señor, de su rostro salía un haz de luz.
30 Al ver Aarón y todos los israelitas el rostro resplandeciente de Moisés, tuvieron miedo de acercársele;
31 pero Moisés llamó a Aarón y a todos los jefes, y ellos regresaron para hablar con él.
32 Luego se le acercaron todos los israelitas, y Moisés les ordenó acatar todo lo que el Señor le había dicho en el monte Sinaí.
33 En cuanto Moisés terminó de hablar con ellos, se cubrió el rostro con un velo.
34 Siempre que entraba a la presencia del Señor para hablar con él, se quitaba el velo mientras no salía. Al salir, les comunicaba a los israelitas lo que el Señor le había ordenado decir.
35 Y como los israelitas veían que su rostro resplandecía, Moisés se cubría de nuevo el rostro, hasta que entraba a hablar otra vez con el Señor.
Normas para el sábado
35 1 Moisés reunió a toda la comunidad israelita, y les dijo: «Éstas son las órdenes que el Señor les manda cumplir:
2 Trabajen durante seis días, pero el séptimo día, el sábado, será para ustedes un día de reposo consagrado al Señor. Quien haga algún trabajo en él será condenado a muerte.
3 En sábado no se encenderá ningún fuego en ninguna de sus casas.»
Materiales para el santuario
4 Moisés le dijo a toda la comunidad israelita: «Esto es lo que el Señor les ordena:
5 Tomen de entre sus pertenencias una ofrenda para el Señor. Todo el que se sienta movido a hacerlo, presente al Señor una ofrenda de oro, plata y bronce;
6 lana púrpura, carmesí y escarlata; lino, pelo de cabra,
7 pieles de carnero teñidas de rojo y pieles de delfín, madera de acacia,
8 aceite de oliva para el alumbrado, especias para el aceite de la unción y para el incienso aromático,
9 y piedras de ónice y otras piedras preciosas para engastarlas en el efod y en el pectoral.
10 »Todos los artesanos hábiles que haya entre ustedes deben venir y hacer todo lo que el Señor ha ordenado que se haga:
11 el santuario, con su tienda y su toldo, sus ganchos, sus tablones, sus travesaños, sus postes y sus bases;
12 el arca con sus varas, el propiciatorio y la cortina que resguarda el arca;
13 la mesa con sus varas y todos sus utensilios, y el pan de la Presencia;
14 el candelabro para el alumbrado y sus accesorios, las lámparas y el aceite para el alumbrado;
15 el altar del incienso con sus varas, el aceite de la unción y el incienso aromático, la cortina para la puerta a la entrada del santuario,
16 el altar del los holocaustos con su enrejado de bronce, sus varas y todos sus utensilios, el lavamanos de bronce con su pedestal,
17 las cortinas del atrio con sus postes y bases, la cortina para la entrada del atrio,
18 las estacas del toldo para el santuario y para el atrio, y sus cuerdas;
19 y las vestiduras tejidas que deben llevar los sacerdotes para ministrar en el santuario, tanto las vestiduras sagradas para Aarón como las vestiduras para sus hijos.»
Mateo 27:15-31
15 Ahora bien, durante la fiesta el gobernador acostumbraba soltar un preso que la gente escogiera.
16 Tenían un preso famoso llamado Barrabás.
17-18 Así que cuando se reunió la multitud, Pilato, que sabía que le habían entregado a Jesús por envidia, les preguntó: —¿A quién quieren que les suelte: a Barrabás o a Jesús, al que llaman Cristo?
19 Mientras Pilato estaba sentado en el tribunal, su esposa le envió el siguiente recado: «No te metas con ese justo, pues por causa de él, hoy he sufrido mucho en un sueño.»
20 Pero los jefes de los sacerdotes y los ancianos persuadieron a la multitud a que le pidiera a Pilato soltar a Barrabás y ejecutar a Jesús.
21 —¿A cuál de los dos quieren que les suelte? —preguntó el gobernador. —A Barrabás.
22 —¿Y qué voy a hacer con Jesús, al que llaman Cristo? —¡Crucifícalo! —respondieron todos.
23 —¿Por qué? ¿Qué crimen ha cometido? Pero ellos gritaban aún más fuerte: —¡Crucifícalo!
24 Cuando Pilato vio que no conseguía nada, sino que más bien se estaba formando un tumulto, pidió agua y se lavó las manos delante de la gente. —Soy inocente de la sangre de este hombre —dijo—. ¡Allá ustedes!
25 —¡Que su sangre caiga sobre nosotros y sobre nuestros hijos! —contestó todo el pueblo.
26 Entonces les soltó a Barrabás; pero a Jesús lo mandó azotar, y lo entregó para que lo crucificaran.
Los soldados se burlan de Jesús
27 Los soldados del gobernador llevaron a Jesús al palacio[2]y reunieron a toda la tropa alrededor de él.
28 Le quitaron la ropa y le pusieron un manto de color escarlata.
29 Luego trenzaron una corona de espinas y se la colocaron en la cabeza, y en la mano derecha le pusieron una caña. Arrodillándose delante de él, se burlaban diciendo: —¡Salve, rey de los judíos!
30 Y le escupían, y con la caña le golpeaban la cabeza.
31 Después de burlarse de él, le quitaron el manto, le pusieron su propia ropa y se lo llevaron para crucificarlo.
Salmo 33:13-22
13 El Señor observa desde el cielo y ve a toda la humanidad;
14 él contempla desde su trono a todos los habitantes de la tierra.
15 Él es quien formó el corazón de todos, y quien conoce a fondo todas sus acciones.
16 No se salva el rey por sus muchos soldados, ni por su mucha fuerza se libra el valiente.
17 Vana esperanza de victoria es el caballo; a pesar de su mucha fuerza no puede salvar.
18 Pero el Señor cuida de los que le temen, de los que esperan en su gran amor;
19 él los libra de la muerte, y en épocas de hambre los mantiene con vida.
20 Esperamos confiados en el Señor; él es nuestro socorro y nuestro escudo.
21 En él se regocija nuestro corazón, porque confiamos en su santo nombre.
22 Que tu gran amor, Señor, nos acompañe, tal como lo esperamos de ti.
Proverbios 9:1-6
Invitación de la sabiduría y de la necedad
1 La sabiduría construyó su casa y labró sus siete pilares.
2 Preparó un banquete, mezcló su vino y tendió la mesa.
3 Envió a sus doncellas, y ahora clama desde lo más alto de la ciudad.
4 «¡Vengan conmigo los inexpertos! —dice a los faltos de juicio—.
5 Vengan, disfruten de mi pan y beban del vino que he mezclado.
6 Dejen su insensatez, y vivirán; andarán por el camino del discernimiento.