Día 262 Shabbat

 

Isaías 30:12 – 33:12

30:12 Así dice el Santo de Israel: «Ustedes han rechazado esta palabra; han confiado en la opresión y en la perversidad y se han apoyado en ellas. 13 Por eso su iniquidad se alzará frente a ustedes como un muro alto y agrietado, a punto de derrumbarse: ¡de repente, en un instante, se desplomará! 14 Quedará hecha pedazos, hecha añicos sin piedad, como vasija de barro: ni uno solo de sus pedazos servirá para sacar brasas del fuego ni agua de una cisterna».

15 Porque así dice el Señor y Dios, el Santo de Israel: «En el arrepentimiento y la calma está su salvación, en la serenidad y la confianza está su fuerza, ¡pero ustedes no lo quieren reconocer! 16 Se resisten y dicen: “Huiremos a caballo”. ¡Por eso, así tendrán que huir! Dicen: “Cabalgaremos sobre caballos veloces”. ¡Por eso, veloces serán sus perseguidores! 17 Ante la amenaza de uno solo, mil de ustedes saldrán huyendo; ante la amenaza de cinco, huirán todos ustedes. Quedarán abandonados como un mástil en la cima de una montaña, como una bandera sobre una colina». 18 Por eso el Señor los espera, para tenerles piedad; por eso se levanta para mostrarles compasión. Porque el Señor es un Dios de justicia. ¡Dichosos todos los que en él esperan!

19 Pueblo de Sión, que habitas en Jerusalén, ya no llorarás más. ¡El Dios de piedad se apiadará de ti cuando clames pidiendo ayuda! Tan pronto como te oiga, te responderá. 20 Aunque el Señor te dé pan de adversidad y agua de aflicción, tus maestros no se esconderán más; con tus propios ojos los verás. 21 Ya sea que te desvíes a la derecha o a la izquierda, tus oídos percibirán a tus espaldas una voz que te dirá: «Este es el camino; síguelo». 22 Entonces profanarás tus ídolos enchapados en plata y tus imágenes revestidas de oro; los arrojarás como trapo impuro y les dirás: «¡Fuera de aquí!».

23 El Señor te enviará lluvia para la semilla que siembres en la tierra, y el alimento que produzca la tierra será suculento y abundante. En aquel día tu ganado pacerá en extensas praderas. 24 Los bueyes y los burros que trabajan la tierra comerán el mejor grano, arrojado al aire con pala y rastrillo. 25 En el día de la gran masacre, cuando caigan las torres, habrá arroyos y corrientes de agua en toda montaña alta y en toda colina elevada. 26 Cuando el Señor ponga una venda en la fractura de su pueblo y sane las heridas que le causó, brillará la luna como el sol, y será la luz del sol siete veces más intensa, como la luz de siete días enteros.

27 ¡Miren! El nombre del Señor viene de lejos, con ardiente ira y densa humareda. Sus labios están llenos de furor; su lengua es como un fuego consumidor. 28 Su aliento es cual torrente desbordado que llega hasta el cuello, para sacudir a las naciones y llevarlas a la ruina. Pone en las quijadas de los pueblos un freno que los desvía. 29 Ustedes cantarán como en noche de fiesta sagrada; su corazón se alegrará, como cuando uno sube con flautas a la montaña del Señor, a la Roca de Israel. 30 El Señor hará oír su majestuosa voz; su brazo descenderá con rugiente ira y llama de fuego consumidor; con aguacero, tormenta y granizo. 31 La voz del Señor quebrantará a Asiria; la golpeará con su bastón. 32 Cada golpe que el Señor descargue sobre ella con su vara de castigo será al son de panderos y de arpas; agitando su brazo, peleará contra ellos. 33 Porque Tofet[a] está preparada desde hace tiempo; está dispuesta incluso para el rey. Se ha hecho una pira de fuego profunda y ancha, con abundancia de fuego y leña; el soplo del Señor la encenderá como un torrente de azufre ardiente.

Ay de los que confían en Egipto

31 ¡Ay de los que descienden a Egipto en busca de ayuda, de los que se apoyan en caballos, de los que confían en la multitud de sus carros de guerra y en la gran fuerza de sus jinetes, pero no toman en cuenta al Santo de Israel ni buscan al Señor! 2 Sin embargo, el Señor es también sabio y traerá calamidad; y no se retractará de sus palabras. Se levantará contra la dinastía de los malvados, contra los que ayudan a los malhechores. 3 Los egipcios, en cambio, son simples mortales y no dioses; sus caballos son carne y no espíritu. Cuando el Señor extienda su mano, tropezará el que presta ayuda y caerá el que la recibe. ¡Todos juntos perecerán! 4 Porque así me dice el Señor: «Como león que gruñe sobre la presa cuando contra él se reúne toda una cuadrilla de pastores; como cachorro de león que no se asusta por sus gritos ni se inquieta por su tumulto,

así también el Señor de los Ejércitos descenderá para combatir sobre el monte Sión, sobre su cumbre. 5 Como aves que revolotean sobre el nido, así también el Señor de los Ejércitos protegerá a Jerusalén; la protegerá y la librará, pasará sobre ella y la rescatará».

6 Israelitas, ¡vuélvanse a aquel contra quien ustedes se han rebelado tan abiertamente! 7 Porque en aquel día cada uno de ustedes rechazará a los ídolos de plata y oro que sus propias manos pecadoras fabricaron. 8 «Asiria caerá a espada, pero no de hombre; una espada, pero no de mortales, la consumirá. Huirá para escapar de la espada, y sus jóvenes serán sometidos a trabajos forzados. 9 A causa del terror caerá su fortaleza; sus comandantes dejarán abandonada su bandera», afirma el Señor, cuyo fuego está en Sión y cuyo horno está en Jerusalén.

El reino de justicia

32 Miren, un rey reinará con rectitud y los gobernantes gobernarán con justicia. 2 Cada uno será como un refugio contra el viento, como un resguardo contra la tormenta; como arroyos de agua en tierra seca, como la sombra de un peñasco en el desierto.

3 No se nublarán los ojos de los que ven; prestarán atención los oídos de los que oyen. 4 La mente impulsiva comprenderá y entenderá, la lengua tartamuda hablará con fluidez y claridad. 5 Ya no se llamará noble al necio ni será respetado el canalla. 6 Porque el necio profiere necedades y su corazón está inclinado al mal; practica la impiedad, y habla falsedades contra el Señor; deja con hambre al hambriento y niega el agua al sediento. 7 El canalla recurre a artimañas malignas y trama designios infames; destruye a los pobres con mentiras, aunque el necesitado reclama justicia. 8 El noble, por el contrario, concibe nobles planes y en sus nobles acciones se afirma.

Las mujeres de Jerusalén

9 Mujeres indolentes, ¡levántense y escúchenme! Hijas que se sienten tan confiadas, ¡presten atención a lo que voy a decirles! 10 Ustedes, que se sienten tan confiadas, en poco más de un año temblarán; porque fallará la vendimia, y no llegará la cosecha. 11 ¡Tiemblen, mujeres indolentes! Ustedes, que se sienten tan confiadas, ¡estremézcanse! Desvístanse, desnúdense; pónganse ropa de luto. 12 Golpéense el pecho, por los campos agradables, por los viñedos fértiles, 13 por el suelo de mi pueblo cubierto de espinos y de zarzas, por todas las casas donde hay alegría y por esta ciudad donde hay diversión. 14 La fortaleza será abandonada, y desamparada la ciudad populosa; para siempre convertidas en cuevas quedarán la torre y la fortaleza; convertidas en deleite de asnos salvajes, en pastizal de rebaños, 15 hasta que desde lo alto el Espíritu sea derramado sobre nosotros. Entonces el desierto se volverá un campo fértil, y el campo fértil se convertirá en bosque. 16 La justicia morará en el desierto y en la tierra fructífera habitará la rectitud. 17 El producto de la justicia será la paz; tranquilidad y seguridad perpetuas serán su fruto. 18 Mi pueblo habitará en un lugar de paz, en moradas seguras, en serenos lugares de reposo. 19 Aunque el granizo arrase con el bosque y la ciudad sea completamente allanada, 20 ¡dichosos ustedes, los que siembran junto al agua y dejan sueltos al buey y al asno!

Angustia y auxilio

33 ¡Ay de ti, destructor, que no has sido destruido! ¡Ay de ti, traidor, que no has sido traicionado! Cuando dejes de destruir, te destruirán; cuando dejes de traicionar, te traicionarán. 2 Señor, ¡ten compasión de nosotros; pues en ti esperamos! Sé nuestra fortaleza[b] cada mañana, nuestra salvación en tiempo de angustia. 3 Al estruendo de tu voz, huyen los pueblos; cuando te levantas, se dispersan las naciones. 4 Su botín se recoge como si fuera devorado por orugas; sobre él se lanza el enemigo como una bandada de langostas. 5 Exaltado es el Señor porque mora en las alturas, y llena a Sión de justicia y rectitud. 6 Él será la seguridad de tus tiempos, te dará en abundancia salvación, sabiduría y conocimiento; el temor del Señor será tu tesoro.

7 ¡Miren cómo gritan sus valientes en las calles! ¡Amargamente lloran los mensajeros de paz! 8 Los caminos están desolados, nadie transita por los senderos. El convenio se ha quebrantado, se desprecia a los testigos,[c] ¡a nadie se respeta! 9 La tierra está de luto y languidece; el Líbano se avergüenza y se marchita; Sarón es como un desierto; Basán y el Carmelo pierden su follaje. 10 «Ahora me levantaré», dice el Señor. «Ahora seré exaltado, ahora seré ensalzado. 11 Ustedes conciben cizaña y dan a luz paja; ¡pero mi soplo será un fuego que los consumirá! 12 Los pueblos serán calcinados, como espinos cortados arderán en el fuego».

 

Gálatas 5:1 – 12

Libertad en Cristo

5 Cristo nos libertó para que vivamos en libertad. Por lo tanto, manténganse firmes[a] y no se sometan nuevamente al yugo de esclavitud.

2 Escuchen bien: yo, Pablo, les digo que, si se hacen circuncidar, Cristo no les servirá de nada. 3 De nuevo declaro que todo el que se hace circuncidar está obligado a practicar toda la Ley. 4 Aquellos de entre ustedes que tratan de ser justificados por la Ley han roto con Cristo; han caído de la gracia. 5 Nosotros, en cambio, por obra del Espíritu y mediante la fe, aguardamos con ansias la justicia que es nuestra esperanza. 6 En Cristo Jesús de nada sirve estar o no estar circuncidados; lo que vale es la fe que actúa mediante el amor.

7 Ustedes estaban corriendo bien. ¿Quién los estorbó para que dejaran de obedecer a la verdad? 8 Tal instigación no puede venir de Dios, que es quien los ha llamado.

9 «Un poco de levadura fermenta toda la masa». 10 Yo, por mi parte, tengo confianza en el Señor de que ustedes no pensarán de otra manera. El que los está perturbando será castigado, sea quien sea. 11 Hermanos, si es verdad que yo todavía predico la circuncisión, ¿por qué se me sigue persiguiendo? Si tal fuera mi predicación, la cruz no ofendería tanto. 12 ¡Ojalá que esos instigadores acabaran por mutilarse del todo!

 

Salmo 63:1 – 11

Salmo de David, cuando estaba en el desierto de Judá.

63 Oh Dios, tú eres mi Dios; yo te busco intensamente. Mi alma tiene sed de ti; todo mi ser te anhela, cual tierra seca, sedienta y sin agua. 2 Te he visto en el santuario y he contemplado tu poder y tu gloria. 3 Tu gran amor es mejor que la vida; por eso mis labios te alabarán. 4 Te bendeciré mientras viva y alzando mis manos te invocaré. 5 Mi alma quedará satisfecha como de un suculento banquete, y con labios jubilosos te alabará mi boca.

6 En mi lecho me acuerdo de ti; pienso en ti en las vigilias de la noche. 7 A la sombra de tus alas canto de alegría, porque tú eres mi ayuda. 8 Mi alma se aferra a ti; tu mano derecha me sostiene. 9 Los que buscan mi muerte serán destruidos; bajarán a las profundidades de la tierra. 10 Serán entregados a la espada y acabarán devorados por los chacales. 11 El rey se regocijará en Dios; todos los que invocan a Dios lo alabarán, pero los mentirosos serán silenciados.

 

Proverbios 23:22

17

23:22 Escucha a tu padre, que te engendró, y no desprecies a tu madre cuando sea anciana.